El Gobierno vuelve a insistir en la discriminación positiva. En este caso se trata de la Ley Integral contra la Violencia Doméstica, que únicamente contempla el caso de violencia contra mujeres. Así, hombres e incluso hijos no contarían con las mismas garantías de protección. Definitivamente no es justo.
En clave más relajada os recomiendo la lectura de un artículo de The Economist (está en inglés). Trata sobre la discriminación que sufre una persona en función de su apellido. Y es que el orden alfabético puede condenar a un chaval al ostracismo en una clase (a la última fila). El artículo tiene tiempo (agosto de 2001) y en principio de pago buscando desde economist.com, pero desde google he podido encontrarlo aquí. Que alguien me confirme que funciona el link.
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