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16 de noviembre de 2009

Los tablets lo van a cambiar todo. Empezando por nuestra manera de hablar

post diccionario tablet

Todo cambio tecnológico se enfrenta a resistencia por parte de aquellos que ven amenazada su posición por la novedad, a la que se suma una tendencia natural del hombre a sobrevalorar el pasado frente al presente. Quizá entre en juego aquí nuestra facilidad para olvidar lo malo y quedarnos con lo bueno.

Los vídeojuegos, Internet, los móviles, los SMS, etc, etc. Todos culpables de embrutecer a la juventud y de limitar su capacidad. Pues bien, llega ahora un nuevo candidato: el libro electrónico, tablet, ereader o como queramos llamarlo, que está destinado a poner patas arriba el modelo de negocio editorial, entre otras cosas. Como a muchos, la popularización de dispositivos de este tipo me parece apasionante, y realidades como el Kindle de Amazon (Enrique Dans lo reseñaba hace unos días), el Nook de Barnes and Noble, el Daily Edition de Sony o proyectos como Courier (Microsoft) y el tApplet, del que tanto se habla y apenas se ve nada, prometen poco menos que el paraíso en la tierra.

En los últimos años una de las quejas más frecuentemente aireada por políticos y medios de comunicación es la que versa sobre el analfabetismo funcional creciente entre los jóvenes: los chavales apenas leen y no saben expresarse por escrito, su vocabulario es pobre y su cultura es básicamente visual. Únicamente se salen de las tablas cuando de enviar SMS se trata. Se me ocurren varios comentarios a todo esto:

  • Lo cierto es que, pese a Youtube y compañía, nunca se ha leído tanto como ahora. Echémosle la culpa a Internet.
  • La inteligencia media de la población ha aumentado (efecto Flynn). Varios factores influyen: la mejora en las condiciones de vida, una selección natural de los más aptos, cambios sociales y una vida moderna más compleja. No hay más que comparar la trama de una película de hoy en día, y da igual el género, con las que se rodaban en los años 50, como ejemplo de lo mucho que han cambiado las cosas. Por no hablar de los videojuegos.
  • El sistema educativo español deja mucho que desear, con falta de exigencia a alumnos y profesores, escaso reconocimiento social de los profesionales de la enseñanza, etc. A ello se suma que vivimos en un mundo globalizado en el que la competencia es feroz (por parte de los que están: primer mundo) y creciente (por parte de los que vienen: países en desarrollo).
  • Unido al punto anterior, los padres han delegado en la escuela la tarea de educar a sus hijos, tanto en lo que atañe a conocimientos técnicos como en valores y actitudes. Se han convertido en unos abuelos más (a los hijos que los eduquen sus... profesores).
  • Tanto los medios de comunicación como los políticos siguen empeñados en buscar la paja en el ojo ajeno.
Pues así y todo, no se preocupen señores míos. La tecnología nos va a ayudar a meter en vereda a estos chavales. El simple acceso a un diccionario cuando leamos con uno de estos dispositivos va a ser revolucionario. Hasta ahora, si queríamos saber qué significaba una palabra en un texto estábamos obligados a dejar la lectura, buscar en el diccionario (ese libro tan manejable) y volver donde lo habíamos dejado. Un sistema enojoso como poco que tiene sus días contados.

La posibilidad que se abre ahora de conocer al instante, mediante un simple clic, el significado de una palabra, puede mejorar notablemente el vocabulario general de la población y, por ende, su comprensión lectora, lo que necesariamente debe traer consecuencias. Por ejemplo:
  • Mayor facilidad de los jóvenes para el pensamiento abstracto, lo que influirá en sus habilidades para las matemáticas, la filosofía y otras disciplinas, en sus decisiones de carrera posteriores y, a largo plazo, en el avance en dichos campos.
  • El lenguaje oral se verá lógicamente afectado, pudiendo disminuir las diferencias intergeneracionales o el uso de jergas. Quizá ayudando a una uniformización del mismo.
  • Consecuencias en el aprendizaje de un idioma extranjero, al aumentar el léxico básico de los mismos. Por otra parte, un diccionario integrado hará más fácil la adquisición de vocabulario de otra lengua.
Desde el punto de vista de la literatura podemos esperar más cambios:
  • Vuelta de tuerca en la complejidad media de los títulos literarios.
  • Los clásicos resultarán más accesibles.
  • Cambios en la jerarquía de autores, tanto en popularidad como en ventas, adecuándose a gustos cambiantes en la población, que valorará autores que se pierden hoy en la larga cola.
Es decir, cambios importantes (algunos mucho), y ello sin tener en cuenta todas las posibilidades que los dispositivos traen consigo, y que impactarán algunos de los puntos anteriores (la educación cambiará radicalmente). La respuesta la tendremos dentro de unos años, pero me inclino a pensar que la popularización de los tablets hará palidecer nuestro actual dominio del lenguaje.

Para terminar recordemos que la llegada de nueva tecnología no es la panacea. Son necesarios cambios, especialmente a nivel social y en nuestro sistema educativo. No olvidemos además que esta ola tecnológica afectará a todos los países, por lo que no será una ventaja competitiva para nadie a medio plazo.

Más sobre el libro digital en Breves apuntes sobre el libro y su futuro.

6 de febrero de 2009

Breves apuntes sobre el libro y su futuro

Hace algo más de diez años se estrenaba You've got mail (Tienes un email en España). La película, que fue un gran éxito, contaba con el protagonismo de la pareja cinematográfica del momento: Tom Hanks y Meg Ryan. El filme contaba cómo una pequeña librería de Manhattan sufría la apertura de un gran competidor perteneciente a una importante cadena de librerías.

Aquel año de 1998 Amazon.com, todavía en pérdidas, vendió libros por valor de cientos de millones de dólares con su modelo de venta en Internet. Y con el tiempo ha ido consolidando una posición de privilegio en el sector, posición que intentará defender, con uñas y dientes ante el reto competitivo del futuro cercano: la adopción generalizada del libro (¿seguiremos llamándole así?) digital.

Libros nuevos (papel)
Amazon, presentado como el paradigma de la cola larga, es el líder en papel nuevo. Sus armas: un inmenso catálogo, una comunidad de lectores que genera contenidos de forma gratuita (en forma de opiniones, listas, recomendaciones, etc.), una tecnología que permite seguir la navegación de los usuarios de la página generando información de gran valor a la hora de realizar recomendaciones y ventas cruzadas, y una buena logística.

Las librerías tradicionales, con un catálogo limitado a un nicho (preferentemente best-sellers), han visto como su papel se reducía, en muchos casos, al de showrooms para que los clientes de Amazon tocasen papel antes de comprar.

Libro usados
Los pequeños negocios de venta de libros de segunda mano han visto en Internet una manera de ampliar su alcance, tradicionalmente limitado al ámbito local. Amazon se ha aprovechado de ello y con su plataforma permite que muchas de estas pequeñas empresas vendan sus productos bajo su paraguas.

Ebay podría ser otro actor en la industria, pero falla en los contenidos y existen dudas sobre su modelo y su capacidad para generar confianza en la compra.

Libros descatalogados
Los grandes beneficiados de la era digital. Anteriormente, cuando un libro era descatalogado se hacía muy difícil el poder tener acceso al mismo, más allá de las copias usadas en circulación o las depositadas en bibliotecas. La aparición de ediciones digitales hace posible que los libros no desaparezcan nunca del catálogo. Pensemos en los libros que se vuelven a poner de moda (por la salida de otro libro de temática similar, una película o un acontecimiento). Los editores aprovechan esas oportunidades para reeditar los títulos antiguos, aunque ello les lleva tiempo y, si sale mal, pueden quedarse con un montón de papel en el almacén. Este tipo de dinámicas, que podríamos llamar Guadiana, desaparecen con el libro digital, ya que nada sale del catálogo.

Conviene destacar aquí la aparición de Google, muy bien posicionado con sus iniciativas de digitalización de libros y revistas.

Libros digitales
Amazon ha sido uno de los que más ha apostado por el futuro con el lanzamiento de su lector Kindle, un producto que favorece la compra por impulso mediante la distribución en segundos del libro elegido. La compañía ha instalado un parque de aparatos que genera un coste de cambio para sus dueños ante los productos de la competencia (que ya empiezan a salir) y, lo que es más importante, se convierte en una fuente de conocimiento para la empresa, permitiéndole perfeccionar el producto, probar estrategias de marketing, usarlo como plataforma de compra de otros productos, etc. En definitiva, conocer qué demanda el cliente y cómo lo quiere, para poder anticiparse a sus competidores (presentes y futuros).

Kindle nace con una ventaja a corto plazo (su carácter cerrado en un mercado reducido) que se puede tornar en desventaja a medida que pase el tiempo. Es de esperar que a medio plazo se imponga un formato estándar de documento, que será soportado por una miríada de dispositivos cada vez más baratos.

Una alternativa interesante para Amazon es la de licenciar su tecnología, si es posible conservando un enlace a su página. Y, por supuesto, no nos olvidemos de la compañía de la manzana. ¿Debemos esperar algo de Apple? ¿Un iPod para leer? ¿Un verdadero iBook?

Con la nueva versión de Kindle, que podría anunciarse el lunes, comprobaremos hasta qué punto Amazon ha aprendido. El objetivo estará en abandonar el nicho de early-adopters y buscar un segmento más mayoritario. Puede que veamos nuevamente a Oprah actuando como prescriptora.

Libro nuevo, viejo y digital

Terminando
La industria discográfica sigue tirándose de los pelos por su decisión de abrazar el formato digital como alternativa al analógico. Con los libros estamos a punto de ver algo parecido, y no veo la manera en que los editores, que perderán mucho poder con ello, puedan evitarlo. Veremos lectores digitales a precios que hoy nos parecerían ridículos y en los que leeremos libros descargados de redes P2P. Eso sí, seguiremos buscando contenidos y recursos que nos guíen a la hora de escoger qué leer. Y Amazon tendrá algo que decir, pero no será el único: atentos a Google (Google Book Search), que ha firmado importantes acuerdos con muchos editores, y a los distintos servicios de recomendación (humanos, artificiales o mixtos) que vayan apareciendo. Al no tener un catálogo cerrado será más necesario que nunca llamar la atención del posible lector, ser creativo y saber posicionarse en la Red.

Con esta perspectiva el modelo tradicional de ingreso por unidad de producto se desvanece al pasar del papel a la pantalla, y se hace preciso pensar en nuevos modelos para rentabilizar los títulos. Por ejemplo:
- Suscripciones, ventas por capítulos, etc.
- Publicidad:
  • Contextual. Según el contenido de la lectura. Es el punto fuerte de Google, pero tendrá que ser muy inteligente para no estropear la experiencia de lectura.
  • Product placement. Daría lugar a versiones distintas del libro según quién lo lea, dónde, etc.
- Venta cruzada, usando el libro como gancho o elemento promocional.
- Patrocinios.
- Etc.
El panorama que nos espera para los próximos años en el mundo del libro es apasionante, y la pelea entre Amazon y Google promete ser de órdago. Ayer mismo el popular buscador anunciaba que el millón y medio de libros que ha escaneado (títulos que ya han perdido los derechos de autor) estaban ya disponibles para varios modelos de teléfono móvil (entre ellos el iPhone). También ayer, Amazon avisaba de que estaba trabajando para que los títulos del Kindle (actuales en su gran mayoría) se pudiesen leer en dispositivos móviles. La guerra está servida.

PD: a los interesados os recomiendo seguir las entradas sobre libro digital de Error500.
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