Lugar: uno de los cinco centros de Carrefour de Móstoles-Alcorcón, la quinta ciudad más grande de España.
El feed personal de Tomás Cruz se pone en contacto con los sistemas de la tienda. A los pocos segundos dispone en su dispositivo móvil de un presupuesto para su compra, tres ofertas personalizadas y un recorrido optimizado por la nave del hipermercado.
Utilizando el navegador incluido en el móvil Tomás inicia su andadura por la tienda. Cada vez que introduce un artículo en la cesta se añade a su cuenta y desaparece de la lista de artículos pendientes. El navegador se actualiza y dirige ahora a Tomás hacia los lácteos.
El algoritmo de optimización de ruta funciona de manera suave y eficiente. Como Tomás está un poco gordo (mucha horas sentado bloggeando) el sistema, que conoce sus datos biométricos, no permite que se cruce en el pasillo de los vinos con otro que tal baila. Desgraciadamente en el pasillo de la sal y en el del papel higiénico sí suele haber atasco. Ya es mala suerte.
Poco después el sistema sufre un fallo. La temida pantalla azul (que incluye publicidad) aparece y se hace necesario reiniciar el dispositivo. Tomás levanta la vista de la pantalla y se encuentra con la sección de chocolates, su auténtica pasión. Ya es casualidad. Hoy tampoco se ajustará al presupuesto que se había marcado.
Finalmente, gracias a su condición de cliente preferente, Tomás puede esquivar las esquinas donde acechan los comerciales de Carrefour Pass, y es conducido a una salida trasera para evitar el CRM de Citibank y su tarjetita y los chicos de Círculo de Lectores. Desgraciadamente se trata de la misma puerta por donde entra y sale el pescado, y hay un poco de hielo en el suelo. El castañazo de Tomás es de espanto y en cuestión de segundos recibe un aviso en su móvil que le indica que está disponible un seguro de accidentes a mitad de precio.
Tomás, dolorido, se sienta en su coche y pone la radio. m80 airea una de sus legendarias citas:
"El éxito es fácil de obtener. Lo difícil es merecerlo." - Juan Luis Cebrián, citando a Albert Camusa Albert Camus.
Albert Camus.
Albert.
¡¡Albert!!
Albert Armengol se despierta de un salto en el sofá, y su mujer le recrimina:
- Cariño, has vuelto a quedarte dormido viendo Minority Report. Ya es la cuarta vez que te la tragas. Por cierto, ¿has olvidado que tenemos que hacer la compra de la semana?
- No, no. Enciende el ordenador y vete entrando en Capraboacasa, que ahora vuelvo.
- ¿Adónde vas?
- A escribir un post.
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Ya en serio. Un gran post el escrito por Albert. A algunos nos sigue dando que pensar. Personalmente recomiendo imprimirlo y leerlo con calma.
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