26 de mayo de 2005

Lectura rápida

Hace cosa de un mes Carrefour cambió su política de devoluciones para incluir a los libros entre los artículos que no se pueden devolver, únicamente cambiar. En los mostradores de información de los hipermercados de la cadena encontramos un texto como éste:
Con el fin de preservar los Derechos de la Propiedad intelectual, los libros, cintas de vídeo, DVD, Musicassettes, CD de música, videojuegos, CD Roms de juegos y programas de PC's sólo se cambiarán en caso de defecto por el mismo título.
Las chicas que estaban en Información en el Carrefour de La Coruña me comentaron que no eran muy estrictos en lo referente a libros. Una de ellas apostillaba que por el aspecto del libro se puede saber si ha sido leído.

Imagino que Carrefour habrá detectado la presencia de nuevas mafias dedicadas a la lectura rápida. Sus integrantes se dedicarían a comprar libros, leerlos y devolverlos al cabo de unos días, escapando con el conocimiento adquirido. Se dice que, reunidos alrededor de un fuego, leerían en alto los libros para llegar a la mayor cantidad de gente en el menor tiempo posible.

Luego está el comando de la fotocopia, que se gasta una pasta fotocopiando las ediciones de bolsillo para, posteriormente, vender las copias en el metro. Grapadas y todo.

Se entiende la preocupación en un país con uno de los índices de lectura más altos del mundo. Índice que sería aún más alto si no viésemos tantos documentales e informativos en la televisión, nuestros programas favoritos.

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