En las últimas semanas asistimos a una desmedida campaña de propaganda de la monarquía española con motivo del embarazo de la Princesa de Asturias. Da vergüenza ajena ver la cantidad de tiempo que se le dedica en los medios al acontecimiento, especialmente en TVE (curiosamente en manos de un partido en teoría republicano). Siento bochorno ante el espectáculo de Lorenzo Milá dando paso a su mujer para que nos informe sobre los viajes de la pareja de marras, sus miradas de complicidad o los mareos Reales provocados por el celebérrimo feto/a.
Poco a poco este país va adquiriendo un tono rosa y cutre, de pan y circo, fútbol y famoseo. Qué pena.
A propósito, para mirada de complicidad me quedo con ésta:
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