Here is an idea that might deal with these problems: The government can stand ready to be a silent partner to future Warren Buffetts.La idea permitiría discriminar a las entidades en función de su salud financiera (medida como capacidad de atraer capital), llevando en última instancia al contribuyente a beneficiarse de la revalorización futura de la acciones en las que ha invertido (upside). Es de esperar que los bancos mejor preparados lideren el sector (si no se introducen distorsiones en el mercado que erosionen su ventaja competitiva) y ello se vea reflejado finalmente en su valoración bursátil. Además, las acciones sin voto en poder del gobierno evitarían que se inmiscuyese en la gestión de las compañías.
It could work as follows. Whenever any financial institution attracts new private capital in an arms-length transaction, it can access an equal amount of public capital. The taxpayer would get the same terms as the private investor. The only difference is that government’s shares would be nonvoting until the government sold the shares at a later date.
This plan would solve the three problems. The private sector rather than the government would weed out the zombie firms. The private sector rather than the government would set the price. And the private sector rather than the government would exercise corporate control.
Por cierto, Mankiw sugiere poner un límite al dinero destinado a este tipo de actuación, que se iría invirtiendo por orden de llegada.
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