27 de abril de 2004

A quien corresponda

Ayer lunes envié el siguiente correo a la Casa Real española (boda.prensa@casareal.es, prensa@casareal.es). Todavía no he recibido respuesta.

A quien corresponda:

A nadie escapa que la institución monárquica en España se enfrenta a importantes retos de cara al futuro: la visión política e ideales de las nuevas generaciones nacidas en democracia, los desafíos a la Constitución (nacionalismos y federalismos), el matrimonio del heredero, el ocaso de otras casas reales, etc. Para la monarquía española se hace así necesario actualizar su papel en el nuevo entorno, cuidando especialmente sus gestos e imagen pública.

En este contexto, y para su consideración, les envío la sugerencia siguiente:

El 22 de mayo se celebrará la boda del Príncipe Felipe y Letizia Ortiz, y con este motivo la pareja recibirá miles de regalos procedentes, en primer lugar, de los miles de invitados que asistirán al acontecimiento, pero también de instituciones públicas, empresas, particulares, asociaciones y otras organizaciones.

Mi propuesta sería que la Casa Real realizase una subasta pública de algunos de los regalos que recibirá la pareja. Los beneficios de esta subasta engrosarían un fondo (existente o de nueva creación) de ayuda a las víctimas del terrorismo.

Para la monarquía española, sería un gesto que la acercaría al pueblo y le haría ganar respeto y crédito en estos momentos de cambio para la institución. Creo que esta iniciativa sería valorada positivamente por la mayoría de la sociedad española.

¿Cómo podría hacerse esta subasta? De diversas maneras (todas complementarias), entre otras:
- Mediante programas especiales en televisiones públicas o privadas
- Utilizando servicios de casas de subastas
- A través de páginas de subastas online como eBay que, a buen seguro, cederían gustosamente su plataforma de comercio electrónico dando acceso a una base de usuarios de millones de personas en todo el mundo, etc.

¿Quiénes podrían pujar en esta subasta?
- Particulares, que quieran conservar un recuerdo de un acontecimiento histórico.
- Empresas privadas, que bien podrían beneficiarse de algún tipo de exención fiscal o simplemente de una mejora en su imagen pública.
- Fundaciones y otros organismos que puedan ver aquí la posibilidad de hacerse con algún regalo concreto que tenga un valor singular (por su relevancia artística o histórica), etc.

Lo ideal sería que fuesen personas y organismos privados los participantes, para que la participación en la puja tuviese un carácter de compromiso personal.
Este compromiso podría diluirse si la compra la realizan organismos públicos pero, en todo caso, es mi opinión particular.

Confiando que mi sugerencia haya sido de su interés y esperando sus comentarios reciba un cordial saludo,

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