Siento sana envidia cuando oigo hablar de los ciudadanos de algunos países como "los contribuyentes". Con ello me refiero a la conciencia que tienen en sitios como EE.UU. de que el Estado lo pagas tú, yo, el otro, lo pagamos entre todos. Como consecuencia:
- Las decisiones de gasto (cuánto, en qué) me afectan directamente. El dinero no sale de darle a la máquina, y lo que parece una bicoca lo acabamos pagando (no existe el concepto de gratuidad); y
- a los políticos les pagamos el sueldo, trabajan para nosotros.
España es un país con una democracia joven y será con el tiempo cuando esta conciencia de contribuyente se vaya impregnando en la sociedad. También llevará tiempo que nuestra clase política (con muchos dinosaurios) se dé cuenta, verdaderamente, de que están aquí para servir y no para servirse.
Por último habrá que estar atentos ante los movimientos de "objeción de conciencia fiscal" que ya están empezando. Como muestra la objeción de conciencia fiscal frente al aborto.
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