22 de agosto de 2005

Hay que meterle mano a la agenda de Carmen Calvo

Leo en Libertad Digital unas declaraciones de Carmen Calvo en las que anticipa el precio único para los libros y la gratuitad de los libros de texto: "Cuando sea gratuito el material escolar, la competencia para las librerías habrá desaparecido porque el libro va a tener el mismo precio que en los grandes almacenes y muchos ciudadanos elegirán su librería más cercana para hacer este tipo de compras".

Es decir, que las grandes superficies se quedan sin argumentos de venta si el libro tiene el mismo precio que en la librería de toda la vida. Me río por no llorar. Además parece deducirse que la competencia es mala porque perjudica al que no puede competir (en este caso las librerías). Nada nos dice la ministra de los consumidores. ¡Qué sabrán ellos lo que les conviene! ¿Y hasta qué punto dependen las librerías de la venta de libros de texto? ¿Qué pasará con muchas de ellas cuando éstos sean gratuitos? ¿Realmente leemos los españoles la mitad de lo que afirmamos en las encuestas?
Dice, además, la señora Calvo que las pequeñas librerías y los libreros están "sometidos al hostigamiento del sistema de comercio moderno en donde las grandes superficies están ejerciendo una competencia muy dura para ellos". ¿Dura o desleal? Porque no es lo mismo.

Por último la ministra insiste en la necesaria rebaja del IVA de ciertos productos culturales (libros y periódicos) para hacerlos más asequibles a los consumidores. ¿No sería mejor fomentar la competencia y la innovación en el sector? ¿Por qué rebajar el IVA de un libro y no el del teléfono o el del acceso a Internet?

A propósito de libros de texto, hace unos días leía en el blog de Juan Freire que Jimbo Wales, fundador de la Wikipedia, pronostica el fin de los libros de texto propietarios que, según él, serán desplazados por libros desarrollados colaborativamente. Hagamos un cóctel con wikilibros + generalizacion de dispositivos electrónicos de lectura + banda ancha. Ahí está el futuro y no en los controles de precios ni en las subvenciones a editores con modelos de negocio perecederos.

Quién pudiera meterle mano a la agenda de la ministra y organizarle unas reuniones que le pusiesen al tanto de lo que está pasando. Y de lo que está por pasar. Yo empezaría con un par de encuentros con Jimbo Wales y algún responsable de Google Print. ¿Alguna sugerencia más? ¿Qué tal gente como Lessig, Mark Cuban, Cory Doctorow...?

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