24 de febrero de 2005

[Fotografía] Digital: más, mejor, más rápido

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La tecnología digital ha supuesto una revolución para muchos sectores de la economía. Uno de los más afectados ha sido el de la fotografía1, que ha visto como las reglas del mercado han cambiado de manera radical. Las barreras de entrada impuestas por los líderes han caído abruptamente y se han abierto oportunidades para empresas que hasta entonces pintaban poco o nada en el sector.

La fabricación de modelos de cámaras digitales ha permitido introducirse a compañías provenientes de la informática y la electrónica de consumo (dos sectores que lo digital tienden a fundir). Así, vemos empresas como Sony o HP conquistar importantes cuotas de mercado. Además, aquellas empresas que tenían una fuerte implantación en el negocio de impresión personal (nuevamente HP, EPSON...) han visto cómo aumentaba el negocio con la aparición de nuevas líneas de productos (impresoras fotográficas, impresión sin ordenador) y la potenciación de algunas ya existentes en el ámbito doméstico: papel, tinta.

Intuitivamente (no tengo datos objetivos) pienso que, lejos de destruir valor, la tecnología digital ha permitido generar riqueza a más empresas, haciendo crecer el mercado. Además, ha beneficiado a los consumidores, que se frotan las manos ante una competencia renovada.

Y siguiendo con los consumidores puede decirse que la revolución digital no ha supuesto más que ventajas para ellos. La tecnología facilita el acceso al mundo de la fotografía, disminuyendo los costes de aprendizaje y redundando en un aumento del número de usuarios. Así, entre los factores que conducen a este crecimiento estarían (además del crecimiento de la población):
  • Una reducción creciente del precio de las cámaras, por el coste inferior de la tecnología digital.
  • Un aumento de la facilidad de uso, con inteligencia aplicada en las cámaras (en forma de programas predeterminados), que lleva a conseguir mejores instantáneas.
  • Un menor coste de mantenimiento.
  • Integración en otros dispositivos, especialmente teléfonos móviles, con amplia penetración en la población.
Anteriormente el coste marginal de una foto era considerable. Una foto sacada equivalía a una posición ocupada en la película. Con la tecnología digital el coste es despreciable, limitándose al consumo de pila / batería. Ahora los usuarios pueden sacar una foto, visualizarla y borrarla si no les convence el resultado. Y con descargar la memoria en un ordenador tenemos otra vez película disponible sin coste. Así, el aprendizaje se vuelve más rápido (tiempo de revelado) y económico (sin reprocesos, sin malgastar película). La calidad, además, permanece inalterable y, de no existir impresión, únicamente tendríamos el coste de almacenamiento, que es pírrico.
aprendizaje fotografía
Los usuarios de fotografía digital aprenden antes y con menor coste
(podemos sustituir tiempo por coste en el eje de abscisas)


Pero, además, la revolución digital amplía las posibilidades de los usuarios, variando su percepción de la fotografía. ¿Cómo? Dándoles facilidades a la hora de experimentar con sus cámaras. Todo aquél que siente el mínimo interés por profundizar en la fotografía puede hacerlo fácilmente. Sin riesgos. Como un procesador de textos, siempre podemos utilizar el comando deshacer, así que, ¿por qué no atreverse ahora a manipular los controles manuales que antes imponían respeto? No cuesta nada probar, como mucho un poco de tiempo. Además, los usuarios cuentan con un arsenal de aplicaciones de edición, cada vez más potentes y sencillas (y económicas). Y qué decir de las posibilidades de Internet. Por una parte da acceso a una ingente base de conocimiento sobre fotografía: foros, comunidades, etc. Por otra permite a cualquiera mostrar su obra y compartirla.

Yendo al extremo una persona podría convertirse en un fotógrafo experto sin llegar a imprimir una sola foto, al menos una sola foto defectuosa. En el futuro de la fotografía hay cada vez más usuarios que pueden aprender más y en menos tiempo. La tecnología digital aplicada a la fotografía es un campo de cultivo para más usuarios avanzados y para profesionales. Hace unas semanas Microsiervos publicaba un post titulado Las mejores fotos de 2004. No sé cuántas de esas fotos habrán sido sacadas con cámaras digitales. Sí tengo claro que cada vez se sacarán más y mejores fotos y que gran parte de culpa recaerá en la tecnología digital. Seguro que lo habréis oído comentar a alguien: "me encantaría saber de fotografía pero resulta caro, engorroso, lleva tiempo". Se están quedando sin excusas.


Más información
Parece que a la gente le ha dado por hablar del tema. Fernando Tricas sale hoy en defensa de las fotografías malas.



(1) Ayer publicaba Microsiervos un interesante post al respecto, La agonía de la fotografía analógica. En el mismo Wicho lanza una pregunta: ¿Alguien se atreve a apostar cuánto tiempo tardarán en desaparecer las cámaras analógicas de las tiendas no especializadas? Personalmente dudo que haya cosas a la venta en las grandes superficies esta próxima Navidad, más allá de película y desechables. Las cámaras profesionales aguantarán todavía un tiempo, pero acabarán desapareciendo y habrá que ir a buscarlas a eBay.

(2) Como ejemplo tenemos el caso de Picasa, de Google. Su precio: 0 euros. Y tiene buenas críticas.

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